jueves, 2 de abril de 2009

UNA FE SOBRENATURAL









foto: FOTOVANDO

por: Danilo Ovando

Todos los días estamos ante circunstancias que determinan nuestra condición espiritual y ponen a prueba nuestra fe. ¿Nos alcanza la fe que tenemos para hacer algo importante en nuestra vida o no?  “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. . .” (Hebreos 11:1-3). Esta es una definición que todos debíamos de saber para poder razonar con toda nuestra capacidad pensante lo que vamos a creer y tener por cierto hasta el fin de nuestros días.

LA CERTEZA DE QUE DIOS EXISTE Y SUS IMPLICACIONES

¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. . .”(Salmo 139:7-12). En estos párrafos podemos ver la absoluta certeza que tenía el rey David de la existencia de Dios. ¿Creemos realmente que Dios existe? ¿Tenemos la certeza que donde nos encontremos estamos ante los ojos del Dios vivo? Durante el embarazo, cuando en el cuerpo de la mujer hay síntomas, hay un ‘sentir’ que determina:… ‘creo que estoy embarazada’; luego, viene la certeza. “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. . . No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. . .” (Salmos 139:13-17). ¿Desde cuándo se llama embrión? Desde el momento mismo de la concepción, sin embargo ahora se dice que el aborto es una decisión de la mujer, ¡¿?! ¡La gente no cree que hay Dios! Piensa que el ser humano es el todo de la creación, pero ¿sabes qué?, ¡No es verdad! El ser humano no alcanza ni siquiera a determinar su propia vida; necesitamos creer que Dios existe. En situaciones graves nos acordamos de Dios, pero cuando estamos bien, ¿puede que Dios no exista? Es importante que consideremos que ésa misma atención que Dios tiene desde el vientre de nuestra madre para cada uno de nosotros, es el mismo cuidado que tiene Dios de nosotros todos los días de nuestra vida. Tenemos la gran oportunidad de conformar nuestro pensamiento a lo que Dios enseña en Su Palabra.

VIVIENDO POR ENCIMA DE LO QUE VEMOS CON NUESTROS OJOS

“. . . Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” (Hebreos 11:3). Aquellos que somos de Dios, debemos aprender a vivir por encima de lo que vemos con nuestros ojos, porque puede ser muy engañoso, muy fatalista. Lo que se ve no necesariamente es la realidad. Eso escapa a nuestra razón, es una locura. Vivir confiando en alguien que no vemos, vivir por la Palabra que habló, contenida en un libro…¡es una locura! Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (1ª. Corintios 2:14). Si vivimos por los principios intangibles de Dios, sin demostración científica, para la gente estamos locos. La gente prefiere confiar en lo que se puede palpar. La decisión es personal, podemos intentar vivir por aquello que el hombre en sus limitaciones puede tocar, demostrar, o creer que es cierto; pero también podemos vivir una vida de fe, por la Verdad, por lo que Dios nos enseña en Su Palabra.

UNA VIDA DE FE COTIDIANA

* “Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?” (Mateo 6:30). A veces somos tan duros, estamos tan atentos a lo que vemos y sobre eso ponemos nuestra confianza. ¿Cómo no va a tener cuidado Dios de darte de comer o para vestirte?

* “…El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.” (Mateo 8:26). ¿Cuál es tu tempestad? ¿No sabe Dios de la crisis? ¿Cuál es tu situación imposible de resolver? Sólo Dios puede hacer algo en esos momentos. Ahí Dios quiere que se haga gran bonanza. Necesitas fe pero debes entrenarte desde antes para que cuando llegue aquella circunstancia no seas conmovido, para que tengas suficiente certeza de que tu Dios que está en ti, es mayor que las circunstancias. “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” (1ª. Juan 4:4)

LA FE QUE MARAVILLA AL SEÑOR

* “Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,. . .” (Mateo 8:5) Cuando te presentas ante el Señor, ¿cómo llegas? Lo correcto es rogarle, humildemente, entendiendo nuestra posición real delante de Él. *  “…y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.” (Mateo 8:6) Si es el Señor de tu vida, entonces, sólo Él decide sobre tu vida y sobre todo lo que tienes. (1ª. Corintios 12:3)

* “Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.” (Mateo 8:7) Cuando presentas al Señor una necesidad específica, Él determina la respuesta para resolver tu circunstancia, ¡Gloria a Dios! Si Él determina resolver tu necesidad, ¿de qué te preocupas? * “Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.” (Mateo 8:9) Este hombre tenía un esquema de autoridad perfectamente definido. ¿Tienes esquema de autoridad sobre tu vida? ¿Tienes alguien a quien le rindes cuenta de tu vida? O simplemente vives como “chino llibre”… Debemos rendir cuantas a Dios primeramente, pero sobre esta tierra Dios ha establecido un esquema de autoridad, para que fluya la vida abundante de Dios sobre nuestra vida, para estar incrustados debidamente en el cuerpo de Cristo. Un factor decisivo para que este centurión tuviera esa fe fue que entendía cómo funcionaba su esquema de autoridad y por eso dijo a Jesús: “…solamente di la palabra, y mi criado sanará.” (Mateo 8:8) Esa es la fe que maravilló a Jesús. Que podamos tener un entendimiento así: “Porque sé que Tú tienes autoridad que mora en Ti que viene del Padre, sé que dirás la Palabra y va a suceder.” Ahora, cuando decimos la Palabra de Dios, ¿sabemos que va a suceder? ¡Eso es lo que queremos!, que la autoridad de Dios se exprese en nuestra vida, para traer bendición y vida abundante a toda la gente que está en necesidad; que nuestra vida sea un instrumento útil en las manos del Señor. * “Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe… Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho…” (Mateo 8:10-13) ¿Cómo has creído? Si esperas que las cosas salgan mal, pues así saldrán; pero si estamos esperando en nuestra vida la consumación del poder de Dios, el cumplimiento de Su Palabra, éso es exactamente lo que vamos a tener. * “Y su criado fue sanado en aquella misma hora.” En ese preciso momento se cumplió la Palabra ¡WOW! Yo quiero éso, y lo quiero todos los días de mi vida, en todas las situaciones. Que Dios pueda decir de ti: “¡qué impresionante fe! Conforme creyó, le sea hecho”. Así es como Dios puede glorificarse en nuestra vida, cuando realmente estamos comprometidos con Su Palabra.

Así como podemos reconocer cuando Dios ha actuado en nuestra vida, también podemos reconocer cuando nos ha faltado la fe, cuando hemos intentado “ayudar a Dios” a resolver tal o cual situación, o si incluso, no hemos dado lugar a que Dios lo haga. Si es así, digámosle: “Señor, perdóname, por considerar mi criterio mejor que el tuyo, por no haber hecho caso de tu consejo, por toda rebeldía y necedad, Señor perdóname.” No nos perdamos del gran beneficio que es dejar que Dios sea El Señor de nuestra vida (Salmo 37:5). Su criterio es mejor que ninguno, Él es quien sabe lo que verdaderamente nos conviene y El más interesado en nuestro propio bien. Pidámosle confiando en su poder y su amor, teniendo la fe que le maravilla y le agrada. 

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